viernes, 23 de septiembre de 2011

Tesis en astronomía.


Sé dónde está la Osa mayor. Justo como en Adictos al amor, el chico de las estrellas. Después de una tarde de malas caras y peor humor; después del chichón que me has hecho -imbécil-.. Te sientas a mi lado, me obligas a tumbarme en el césped y mirar al cielo y ¡plof! Eres astrónomo. Y ahora estoy flotando un poco y tengo miedo; terrible miedo porque contigo prometí no dejarme llevar. Pero resulta casi imposible cuando siento tu piel cálida en el brazo. Cuando lanzas ese par de anillos de acero a mis pupilas. ¡Y veo señales por todos sitios! Y estoy perdiendo la olla y no sé qué es verdad y qué me invento, de las ganas que tengo de sentirte cerca. Ojalá pudiese asomarme solo un poco a tu cabeza y oirte. No puedo negar que ya te has hecho con el monopolio de mi mente. Y que por tardes como esta soportaría semanas aún más estresantes y eternas. Que estoy realmente dispuesta a levantarme todos los lunes a las siete dejando atrás el relax, si los viernes tú compensas cada maldito segundo insoportable. Lo diré; lo diré: ¡Que te quiero coño ya!

Bichito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario