viernes, 26 de agosto de 2011

El cielo está en cualquier lugar.


Es el libro más excéntrico, absurdo, emotivo y.. parecido a mí, que he leído. Este libro es como me gustan a mí las cosas: O te parece pésimo, o te encanta. Pero nunca te deja indiferente. Allá van mis frases favoritas-lo cual viene a ser casa todo el libro-:

+Sarah y Joe también me está mirando. Sarah preocupada y Joe con una sonrisa del tamaño de los Estados Unidos. Sin darme cuenta me pongo a la altura de sus EEUU continentales y añado Puerto Rico y Hawaii.
-Este chico sonriente que tengo delante, en cambio, parece brillar con luz propia.
+Sólo quiero estar cerca de ti-susurra-. Es el único momento en que no muero añorándola.
-Estoy increíblemente triste, y en algún lugar de mi interior lo único que me apetece es volar.
+Lanzándome una sonrisa que me deja sin respiración.
-Le estoy rompiendo el corazón roto.
+Sus ojos recorren mi cara, después las comisuras de sus labios empiezan a curvarse hacia arriba.
-Escucho nuestra respiración. Creo que se oye desde Nueva York.
+En lugar de besarme me toma entre sus brazos.
-Sonríe y apoya su dedo índice contra mis labios, lo deja allí hasta que mi corazón aterriza en Júpiter: tres segundos.
+Joe prácticamente va cantando mi nombre, suena tan eufórico, seguramente todavía está de subidón por el beso, ese beso sublime que podría hacer que cayeran estrellas sobre nuestras manos abiertas, un beso como el que Cathy y Heathcliff debieron de darse en los páramos con el sol cálido sobre sus espaldas y el mundo rebosante de viento y oportunidades.
-"Eso es un error de planteamiento, Lennie, el cielo está en cualquier lugar, empieza en tus pies." Al besar a Joe, por primera vez en la vida me lo creo.
+Me levanta del suelo y empezamos a dar vueltas y de pronto estoy en la película más tonta del mundo, riendo y sintiendo una felicidad tan grande que me da vergüenza sentirla en un mundo sin mi hermana.
-Nuestras lenguas se han enamorado locamente y se han casado y mudado a París.
+Creo que si no paramos de besarnos el mundo va a estallar.
-Madre mía, entiendo perfectamente por qué el rey Eduardo VIII de Inglaterra renunció al trono por amor. Si yo tuviera un trono, abdicaría solo para revivir estos últimos tres segundos.
+Dios-susurra, mientras me pasa la mano por la nuca y lleva mis labios hacia los suyos-. Esta vez vamos a dejar que estalle todo este puto mundo.
-Lennie Walker, también conocida como John Lennon, está enamorada hasta las trancas.
+Todavía no he decidido qué es mejor: si vivir lo de anoche o la gozosa repetición en mi mente, donde puedo darle a la pausa y convertir unos segundos de éxtasis en horas enteras, donde puedo enlazar ciertos momentos hasta que vuelvo a sentir el dulce sabor a hierba de Joe en mi boca, y el aroma a clavo de su piel inunda el aire, hasta que siento cómo sus manos me acarician el pelo, todo el vestido, solo una capa delgada, muy delgada entre nosotros, para llevar al momento en que deslizó sus manos por debajo de la tela y sentí sus dedos como música sobre mi piel.. todo me empuja una y otra vez hacia el abismo de mi corazón.
-Y nos besamos hasta que supe sin duda que estaba en el cielo. Le conté que me parece escuchar el latido de su corazón incluso cuando no está conmigo, que siento que tengo flores que me brotan en el pecho, que estoy convencida de que siento lo mismo que Heathcliff sentía por Cathy..
+Él sonríe una sonrisa franca y abierta como un prado. Me besa con fuerza por última vez y de nuevo nos estamos bebiendo la lluvia de los labios del otro: Adiós, John Lennon.
-Quel gilipollas-digo, tirando de él hacia mí. -¿Sabes? solo me porto como un gilipollas para que me digas quel gilipollas.
+Le agarro del brazo, y él se tumba de lado junto a mí, con el codo apoyado al lado de mi cabeza, nuestros cuerpos tocándose costado contra costado. Me mira a los ojos de una manera que me hace temblar. -Sólo de mirarte a los ojos..-susurra-. Jamás había sentido nada igual.
-No llores-su voz es ingrávida, puro rocío.
+Pongo mis manos alrededor de su cuello, lo acerco a mí, y de pronto me está besando con tanta fuerza y tan profundamente que yo vuelo, navego, floto..
-Una silueta recortada contra un cielo ahora encendido, un incendio descontrolado que se extiende hacia el horizonte.
+Cuando por fin quedamos cara a cara, sus ojos no tienen vida, su rostro está petrificado. Es como si su maravilloso espíritu hubiera abandonado su carne.
-El cielo ha perdido su furia, sólo quedan unas volutas irregulares de oro devoradas poco a poco por la oscuridad. Intento escuchar dentro de mi cabeza la melodía que escribió para mí, pero no lo consigo. Lo único que escucho es su voz, diciéndome: "¿Cómo has podido hacerlo?" 
+Me daría igual que alguien enrollara todo el cielo y lo guardara para siempre.
-Todo el amor que siento por él me golpea el cuerpo. Me duele el pecho. Me duele todo.
+Lo siento, escribo con un dedo en las sábanas, una y otra vez, hasta que ya no aguanto más y enciendo la luz.
-Lanzo la cabeza contra la almohada y grito dentro como si mi propia alma se estuviera partiendo por la mitad, porque así es.
+La carencia de Joe empaña la mañana como una niebla.
+Los preciosos ojos de Joe, los que me besaron y susurraron en mi pelo, se tuercen y retuercen alrededor de palabras que odio. La tierra empieza a inclinarse bajo mis pies.
-Tus pies-digo, sin darme cuenta siquiera-. Nunca te los había visto antes. Mis absurdas palabras retumban en el aire entre nosotros y, por un brevísimo instante, sé que quiere reírse, quiere rodearme con sus brazos y estrujarme, quiere burlarse de mí por haber dicho algo tan ridículo cuando está a punto de asesinarme. Veo todo esto en su cara como si tuviera los pensamientos escritos en ella. Pero después, todo desaparece de un plumazo, tal y como llegó, y lo que queda es el persistente dolor en sus ojos que no parpadean, en su boca que no sonríe. Jamás me perdonará. Le robé la alegría a la persona más alegre del planeta Tierra.
+Hace que me duela de ternura.
-Las palabras de Joe me arden en la cara. 
+..Ni le he contado que él es la cosa más increíble que me ha pasado en la vida, que lo quiero, que para mí sólo existe él. 
-Me estalla un cóctel Molotov de celos en plena desesperación.
+Me entran ganas de darle una patada a ese cielo de postal.
-Me duele el corazón por los dos.
+El cielo sigue espectacular y espero que Joe esté mirando hacia arriba. Dondequiera que mire dentro de mí, encuentro más amor por él, por todo lo suyo, por su ira tanto como por su dulzura.. está tan vivo que me hace sentir como si pudiera darle un bocado a la Tierra entera. Ojalá no me hubiera quedado sin palabras hoy, ojalá le hubiera gritado: "¡Claro que lo entiendo! Lo que entiendo es que mientras vivas nadie te va a querer nunca tanto como te quiero yo.. Tengo un corazón sólo para poder entregártelo a ti."
-Joe Fontaine no pasa por casa, ni llama, ni manda un mensaje de texto, ni un correo electrónico, ni escribe en el cielo, ni envía un código morse, ni se comunica telepáticamente conmigo.
+Pero a lo que no consigo acostumbrarme es a que ya no creo que Joe, a pesar de mi amor incondicional por él, vaya a perdonarme nunca. ¿Cómo acostumbrarse a que ya nadie te llame John Lennon? ¿Ni te haga creer que el cielo empieza en tus pies? ¿Ni se porte como un gilipollas para que tú digas quel gilipollas? ¿Cómo acostumbrarse a estar sin un chico que te convierte en un resplandor? Yo no lo consigo.
-No sonríe. Anti-sonríe. Pero no puedo apartar la mirada y parece que él tampoco. El tiempo se ha vuelto tan lento que me pregunto si cuando dejemos de mirarnos seremos viejos y nuestras vidas enteras habrán pasado tras haber intercambiado tan solo unos cuantos míseros besos. Estoy mareada de tanto añorarlo, mareada de verlo, mareada de estar a unos metros de él. Quiero cruzar la calle corriendo, estoy a punto de hacerlo.. Siento que se me hincha el corazón, que me empuja hacia él. 
+Tengo el corazón como si alguien lo hubiera lanzado de una patada a un rincón oscuro de mi cuerpo.
-No hay luna, no hay estrellas, solo un cuenco sin brillo, sin luz.
+Me invaden los celos como perros rabiosos.
-Hay una niebla densa y triste, el mundo entero es una radiografía de sí mismo.
+No hay ni rastro de vitalidad en sus pasos. Es como si la gravedad apoyara una mano sobre su hombro como jamás lo había hecho antes.
-Noto que me flojean las piernas cuando comprendo que su dolor y su ira, la náusea de haber sido traicionado, ya le han ganado la baza al amor.
+Sus palabras cobran la fuerza de una guillotina. Me tambaleo hacia atrás, me rompo en astillas.
-Como Heathcliff y Cathy, viví el Big Bang, uno de esos amores que suceden una vez en la vida, y lo estropeé todo.
+Todo el aire escapa de la habitación y yo escapo con él.
-Quiero llorar y llorar y llorar y llorar hasta que toda la tierra del suelo del bosque se convierta en barro.
+Lo único que hago es quedarme de pie delante de un lienzo en blanco pensando en lo mucho que desprecio el color verde, cómo todos los tonos de verde me dan asco o me decepcionan o me rompen el corazón.
-Se me encoge tanto el corazón en el pecho que apenas puedo respirar.
+Cosas absurdas como esa suceden cuando la gente está tan transtornada y rota de dolor.
-Apoyo mi mano suavemente en su brazo, preguntándome cómo puede un amor tan grande por alguien caber en mi diminuto cuerpo.
+El desastrencialismo en lugar de existencialismo. Para quienes se deleitan con el desastre fundamental que es la vida.
-Levanto la vista hacia los parches de cielo azul, entre los árboles y, siguiendo con mi programa habitual, pienso un poco más en Joe. Hay tantas cosas que no sé de él. No sé si cree en Dios, si le gustan los macarrones con queso, ni su horóscopo, ni si sueña en inglés o en francés..
+Puedes hacer pedacitos la novela victoriana con las tijeras de podar pero no puedes arrancarla del interior de la chica.
-Nos quedamos mirándonos largo rato y dentro de ese momento siento que nos besamos más apasionadamente de lo que lo hemos hecho nunca aunque no nos estamos tocando.
+Nuestros labios se encuentran. Me vuelve a recostar sobre la cama, se coloca encima de mí de manera que quedamos piernas contra piernas, caderas contra caderas, estómago contra estómago. Siento su peso, apretado contra cada centímetro de mí. Deslizo mis dedos entre sus rizos oscuros y sedosos.
-Te echaba de menos-murmura contra mis oídos, mi cuello y mi pelo, y cada vez que lo hace digo: "Yo también" y después no estamos besando otra vez y no me puedo creer que haya nada en este mundo incierto que pueda parecer tan auténtico y real y verdadero.
+Me acaricia el pelo y la espalda lentamente. Me siento como un diapasón, me vibra todo el cuerpo.
-Le acaricio los labios con el dedo, digo: -Yo también quiero hacer de todo contigo. -Ay, ay, ay-dice, tirando de mí hacia él y después nos estamos besando en el cielo, tan lejos que no creo que regresemos nunca.
+Si alguien pregunta por nosotros, simplemente que levanten la vista.
-La Tierra se ha salido de su eje y ahora va derecha hacia otra galaxia.
+Entonces sonríe y amanece en todos los rincones del mundo donde ahora es de noche. 
Bichito.

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